Diría que te extraño, pero no es así
vives en mí... y en otros siete
que siendo tan distintos
nos parecemos tanto a ti.
Se me quedó tu guitarra sonando en la casa
el ruido de tu auto, tu bigote que raspaba
y una emoción pegada a la ventana
de cuando y cuánto te esperaba.
Tu forma de aclararte la garganta
un par de mañas que lo mismo
me ayudan y me estorban, como bien decías
¿qué le vamos a hacer?
un esfuerzo continuado, respeto a otras formas de ser
generoso y previsor, como dijo la venada
el tequila es mejor despacio
y siempre hay tiempo de una última canción.
Gracias por tanto de todo
por ser paciente, por estar siempre
por José Alfredo, por Lola y Lara
porque lo mejor que me enseñaste
es aprender de tu ejemplo
a ser un buen papá.
Ahora que en el mundo nace un nuevo sol
es tu momento de llegar a la meta
banderas de colores te recibirán en esta última vuelta
pues de principio a final de tu carrera
viviste siempre...
a tu manera.
¡Gracias Cabrón!
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