Deten un instante la sombra de tu sombra que te acosa en los espejos
siéntate a mi lado
y respira conmigo este aire frío que pasa lento
y sabe a café, humo y espanto.
Desde la paz que hay en tus ojos cuando no miran nada,
desde esta calma
déjame bajar sin luz y de tu mano a los sótanos de tu alma
para que recuerdes por un instante
cómo era el mundo cuando no tenías miedo.
Porque valiente es sólo a veces quien tiene miedo de ser cobrade
porque cobarde es casi siempre una triste opción para el indiferente.
* Gracias a Xavier Velasco por tan afilado cuchillo en sus letras e ideas.
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