La fuerza del sol se atrapó en la tierra de México en un laberinto que forma la flor de veinte botones. La acerco a mi ventana, como un faro en la niebla para que vengas andando sin prisa, silbando en el viento tus mismas canciones.
No quiero recibirte como si fueses una extraña en esta casa. Por eso te espero a la hora que quieras, sin ceremonias, ni formalismos, sin lágrimas en la memoria ven a platicar conmigo, como si volvieses del mercado.
Cuélate en mis fotos, hoy o cualquier día de fiesta, cuélate en mi cama y abrázame por la espalda cuando tengo frío o tengo el corazón helado, espanta los mosquitos que espantan las ovejas en los insomnios y llévate también el miedo que a veces regresa de golpe como tu perfume.
Preparo así tu bienvenida a pesar de que nunca te has ido, como antes me dabas a diario, tu mesa y tu vino, hoy pongo arrayanes, tequila, y canciones, te escribo unos versos, y tomo mi tiempo contigo como un café cargado de buenos momentos, calentándome el corazón, en tragos cortos y lentos.
Dicen que guiadas por ruidos, regresan las almas la noche de muertos, yo sé que contando suspiros, yo duermo, tu entras velando mi sueño, y toses quedita por no despertarme, sin ver que estuviste sentada, al pie de mi cama, sabiendo que estaba soñando, que hoy regresabas a casa.
#DíadeMuertos #México
Comentarios