ella decía que no sabía
pero más que magia eran milagros,
las cosas que hacía para ambos,
cuando su corazón le latía entre las manos
las cosas que hacía para ambos,
cuando su corazón le latía entre las manos
él se sentía satisfecho,
bendecido por esa alma en su cuerpo
bendecido por esa alma en su cuerpo
vaciaba a diario las jaulas de su mente,
soltaba águilas que cazaban peces
soltaba águilas que cazaban peces
pero un día el espejo no tuvo nada que decir
y tan uno en el otro, desconcertados
no supieron dónde, ni cómo, ni cuándo
pero ya no estaban ahí
ella no se fue, pero se quedó lejos
él al no verla se marchó, muy cerca y muy dentro
y debieron perderse para encontrarse
sembrando flores que jamás verán crecer
ausencias presentes en las calles
trenes vacíos que no paran de correr
Ahora que el niño que fui juega conmigo
carreras en moto contra el atardecer
barquitos piratas, aviones de papel
con vuelo directo, al centro del hueco
río, para no hacerme mar otra vez
ahora que soy, más yo que antes
entiendo mejor, pero olvidé la lección
el centro vacío que guardan las olas
les da su tamaño, pero no su valor
la mar es siempre la misma
porque nunca es igual,
será que eso le hace eterna ¿mejor?
mi guerra contra la guerra la gano yo
construyo con lo que tengo, no con lo que perdí
y no hallé la paz en el silencio
ni manantiales frescos en otros besos
no encontré mi abrigo, se me acabó el invierno
sólo un tiempo a destiempo,
un hoy repetido, olor a toronjas,
pedazos de mí
ahora que sólo tenemos así
un yo conmigo, un tú contigo
y un jamás, con cara de pillo
que siempre estará aquí
…
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