Tomé la decisión hace un tiempo, pero lo hice ayer, quizá fue sólo porque quise, pero si paso al para qué, florecen en esta noche, más motivos que razones…
Lo hice para no olvidar, para no olvidarme que voy a estar bien.
Tener presente el presente, recordar mi elección por estar en un mundo donde caben muchos mundos.
Para no olvidar que el Amor siempre es necesario pero nunca es suficiente, que deben brillar junto a él, la Libertad, la Rabia y la diaria Lucha para ejercerlo y para respetar eso mismo en los otros.
Para acordarme que sólo hay una estrella que se ve de día, los demás… necesitamos el contorno del abismo para gestar la victoria de nuestra propia luz, esos bordes que pudieran permanecer huecos y que es preciso llenar del rojo de mi sangre, verter en ese espacio mi ser, para estar, y brillar ahí, al centro de mí mismo.
Porque las experiencias que se quedan para siempre, son luz y sombra, cobran una cuota de dolor, y dejan un profundo agradecimiento por haberlo logrado todo, y por haberme enseñado, que puedo también perderlo todo y ser capaz volver a brillar, una y otra vez.
Ser y dejar ser, es otro significado hoy, de la frase que tatuada en mi alma se queda resonando en las paredes de mi piel; para todos la luz, para todos todo…
y ésta entonces, es otra forma de que no me olvide que cada uno en la soledad de su espacio y de su tiempo, compartiendo el universo, formando así constelaciones, amando como aman los que un día se apagaron y volvieron por sí mismos a alumbrar la noche.
Por eso, todo esto, me ayuda a no olvidar que…
Venceremos.
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