Conmigo

Y de pronto el universo entero, entendió el chiste y comenzó a reír a carcajadas…
A regalarme conciertos, encuentros, loterías, largas caminatas por un bosque azul sin tiempo, pintó en mi piel estrellas y aviones que me llevan de polizón a ver los mismos paisajes desde otras perspectivas, sonidos salvajes de la selva, ciudades de palacios rotos, calles donde debía perderme para encontrarme en los ojos de otros... 

Y dejó pasar en Mayo un planeta frente al sol, quitó del camino las flores púrpura que me hacían recordar tanto, pintó en el espejo un reflejo que me gusta y comenzó a llover por las tardes como una forma sutil pero necesaria, de apagar los últimos árboles en llamas, de limpiar lo que quedó en pie después del terremoto.

¿Sigues siendo aquel Filósofo, Romántico, Bohemio y Rebelde de hace tantos años? me preguntó una voz familiar pero desconocida.

Sí, contesté… sólo que no me acordaba cuándo guardé esas cuatro palabras, al fondo de un espejo donde no miraba. 

Hoy sin forzarlo, me sale natural ser quien siempre he sido, poco mejor tal vez, después de algunas lecciones olvidadas, un par de trucos aprendidos y algunos benditos venenos bien bebidos; me alegro de contar con todos y conmigo, escribir sin tregua esta historia de encuentro con tantos de mis niños desaparecidos… por que el universo entendió el sarcasmo, prendió otro cigarrillo y río hizo de mi cuerpo, pero luego rió… 

Otra vez, conmigo.

Comentarios