Dicen que hace unos días, se acabó la Primavera
se fue en luna llena, como se van los que se quedan
como una habitación donde nadie vacía sus maletas
palabras que retumban como campanadas de esta catedral
en su estruendoso ruido de ilusión y expectativa
dejando detrás un silencio, que llena las copas vacías
se fue sin avisar, no cerró la puerta, dejando entrar las sombras
Así que salí a andar, para darme en cada paso
para pasar de todo, y a pesar de tanto
sumando a mis restas distancia y claridad
sonrisas de lejos, ojos que saben gritar
la noche de esta noche convoca a las tormentas
lo que viene será siempre más de lo que hay
corazones exhaustos de recoger las hojas muertas,
sirenas de alerta, veranos que ya no pueden esperar.
Se trata de enseñarme a aprender todo de nuevo
esto que soy y he sido, este conmigo, este modo de andar
el triángulo amoroso entre la emoción, la intuición y la ansiedad
la pérdida de todo lo encontrado, los besos que saben a mezcal
carcajadas que esperan su tiempo de explotar
la vida colecciona latidos, música, quimeras,
ahora que aún ladran en mis venas
los perros que dejé sueltos en las calles de aquella ciudad
Ahora que soy igual pero distinto, soy más
me gusta ser todo lo que he sido,
caminar sin prisa con todos los sintigos,
ahogarme de risa en los ríos donde aprendí a nadar
bosques encendidos de luciérnagas, fugaces pistas del destino
que me ayudan en su breve luz a recordar ese camino
que me lleve de nuevo dentro mío,
casa sin puertas, alma y hogar.
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