Profundo

Hay veces que es mejor 
aceptar un mal presente 
que negarse un buen futuro,
tirar las cartas, pararse de la mesa, 
pagar las cuentas, quedarse sin un duro,
soñar despierto y luego exhausto, dormir… profundo.

Hay veces que uno elige 
lo mejor de lo peor, o viceversa, 
de cualquier forma es preciso,
vestirse despacio para desnudarse aprisa
empezar por los nudos en la garganta
maldecir en voz alta, no quedarse con ganas de nada.

Todo lo que creo, lo veo, y no al revés,
así el amor y sus fantasmas
son también un acto de fe
a pesar de saber que la verdad
ni ves todo lo que hay
ni todo lo que hay, es lo que ves.

Porque antes de ser esta espuma, 
fuimos aquel profundo maremoto.

Que en cada luna llena, de tanto crecer lo inundó todo,
y formó en la orilla, un caminito de piedras humeantes,
que hablan de tú y de ti con las estrellas
como luciérnagas enviando un mensaje
un lenguaje secreto, que aún del todo no comprendo
pero recuerdo que contigo aprendí.

Todo y junto; piedras espuma y estrellas,
hablan de la vida y la muerte, enredadas como amantes,
dejándose hundir en el vacío impostergable,
de aquellos tus ojos soles, de estos mis brazos mares
de tu vientre cósmico, y mis letras abismales
huellas imborrables, testigos protegidos, abajo firmantes.

De todo lo que ganamos, cuando todo lo perdimos 

por saltar al vacío, y aprender a bucear en el silencio... profundo.

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